domingo, 30 de diciembre de 2012
viernes, 28 de diciembre de 2012
Vida Cultural BUSQUEDA ■ Jueves 27 de diciembre de 2012 ■ Pág. 40
Se editó “Darnauchans, entre el cuervo y el ángel”, de Marcelo Rodríguez
Solo falta el cómic
La musicalización dylaniana y country
de “Milonga de Manuel Flores”, de
Borges, primer tema de
“Canción de muchacho”
(1971),
inicia a capella una
obra insular en la música
uruguaya, con la
sentencia
de que el protagonista del
relato “va a morir”.
Treinta
y cuatro años después, un
breve texto de Víctor Cu
nha
llamado “Zoom” la cierra con un cristalino epitafio: “Agua y
morir”, último
tema de “El ángel azul”. Todo lo que hizo
Eduardo Dar-nauchans —o casi todo—
entre esas dos líneas está
ahora registrado en las 480
páginas de Darnauchans,
entre el
cuervo y el ángel, la biografía definitiva
de Eduardo Darnauchans
Miralles, el músico que con
Tacuerembó a sus espaldas inventó a
“El Darno”, el
personaje que en marzo de
2007 ingresó a la
mitología
montevideana en su mesa
del bar Girasoles y con su
vaso
de whisky sin hielo.
Poco tiempo después de
su muerte, el
escritor, poeta y periodista Nelson Díaz
había editado “Memorias
de un trovador”, basado en
cientos de horas compartidas con quien
fuera su amigo y su representado. Desde varios años antes, Marcelo
Rodríguez venía trabajando con Darnauchans en un proyecto
biográfico que
incluía, además de varios
reportajes
al protagonista,
una completa búsqueda de
material y testimonios a
través de familiares y allegados, así como dos valiosos
prólogos
de Washington
Benavides y Eduardo Milán.
El investigador, licenciado en Comunicación y profesor de Educación Física
nacido en Santa Lucía hace 41 años, se tomó el trabajo con tiempo y sin apuro.
La tarea le insumió la última década, desde que comenzó a visitar a Darnauchans, ya en su última etapa de franco deterioro físico y psíquico, hasta la edición
de este formidable volumen que llega a las librerías a través de Perro Andaluz, un
sello incansable que edita más de una docena de discos por año y que tiene entre sus principales ediciones bibliográficas los dos tomos de “De las cuevas al
Solís”, de Fernando Peláez.
Esta edición de lujo conserva el mismo formato cuadrado de aquella y alcanza el mismo estatus de proeza editorial. La completísima y muy bien organizada información sobre vida y obra del autor de “Sansueña” está acompañada por una enorme colección de fotografías públicas y privadas, afiches, programas y facsímiles de artículos publicados en prensa. Las fuentes son incontables: el álbum fa-
miliar aportado por sus familiares y amigos, el acceso a decenas de archivos,
una impecable revisión de prensa que abarca más de 30 años, entrevistas a
colegas como Fernando Cabrera, Jorge Galemire, Eduardo Rivero y Carlos
da Silveira, a sus mentores y socios creativos Washington Benavides y Víctor Cunha, a ingenieros de grabación como Daniel Báez, a quienes lo conocieron en la intimidad como su ex pareja Graciela Irazábal (“Chichila”) y su tía Graciela Miralles, a editores como Enrique Abal, del sello Sondor; además de las abundantes reseñas y entrevistas publicadas por Raúl Forlán Lamarque, Guilherme de Alencar Pinto, Jorge Yuliani, Macunaíma y Gabriel Peveroni. La lista sigue, pero es tan importante la vastedad de fuentes a las que accedió Rodríguez sobre sus grabaciones, sus conciertos, su larga prohibición, su exilio, su retorno y sus últimos años, como la
claridad con la que están acreditados los testimonios y las fotografías al pie
de página.
Otro aspecto interesante a destacar es la ausencia de una mirada condescendiente o cómplice del biógrafo, que llama las cosas por su nombre aunque con sumo respeto para tratar un asunto tan delicado como el alcoholismo y las críticas circunstancias personales que acompañaron al
Darno en sus últimos años de vida. Como muestra basta la reconstrucción
documental de su últimorecital, en la sala Zitarrosa, en noviembre de 2006,
cuando la gente se retiró en silencio de la sala, como en un velorio, en claro
presagio del final que se avecinaba.
Este verdadero ejemplo de la investigación biográfica musical hace honor a
la obra que Darnauchans legó al público uruguayo, con el mismo sentimiento
con que se sigue celebrando su cumpleaños cada 15 de noviembre en Guambia, el que profesaron los Kafkarudos hace pocassemanas y Maia Castro,
Ana Prada, Laura Canoura y Mónica Navarro hace unos meses en su espectáculo “Las canciones del Zurcidor”.
Pero hay más: un epílogo con las cartas que sus amigos escribieron cuando murió y una completísima discografía que abarca 25 ediciones, entre su obra original, colaboraciones y publicaciones en vivo póstumas. Como ello no bastara, el libro viene con una joya adosada a su contratapa: un CD con la grabación en vivo, rescatada por el investigador Leonardo Croatto, del concierto de presentación del disco “El trigo de la luna”, en 1989 en el Teatro del Notariado, cuando la voz de Darnauchans sonaba en su es-plendor en las salas de la ciudad.
Ahora, con este librazo en el estante, el primero del autor, solo falta que algún
dibujante ponga manos a la obra y “El Darno” llegue al cómic, algo que desde su
mesa de Girasoles el hombrecito sombrío de voz radiante sugiere en susurros,
mientras pide otro escocés sin hielo.
“Darnauchans, entre el cuervo y el ángel”, de Marcelo Rodríguez,
Perro Andaluz, $ 950, 480 páginas.
Javier Alfonso
nacido en Santa Lucía hace 41 años, se tomó el trabajo con tiempo y sin apuro.
La tarea le insumió la última década, desde que comenzó a visitar a Darnauchans, ya en su última etapa de franco deterioro físico y psíquico, hasta la edición
de este formidable volumen que llega a las librerías a través de Perro Andaluz, un
sello incansable que edita más de una docena de discos por año y que tiene entre sus principales ediciones bibliográficas los dos tomos de “De las cuevas al
Solís”, de Fernando Peláez.
Esta edición de lujo conserva el mismo formato cuadrado de aquella y alcanza el mismo estatus de proeza editorial. La completísima y muy bien organizada información sobre vida y obra del autor de “Sansueña” está acompañada por una enorme colección de fotografías públicas y privadas, afiches, programas y facsímiles de artículos publicados en prensa. Las fuentes son incontables: el álbum fa-
miliar aportado por sus familiares y amigos, el acceso a decenas de archivos,
una impecable revisión de prensa que abarca más de 30 años, entrevistas a
colegas como Fernando Cabrera, Jorge Galemire, Eduardo Rivero y Carlos
da Silveira, a sus mentores y socios creativos Washington Benavides y Víctor Cunha, a ingenieros de grabación como Daniel Báez, a quienes lo conocieron en la intimidad como su ex pareja Graciela Irazábal (“Chichila”) y su tía Graciela Miralles, a editores como Enrique Abal, del sello Sondor; además de las abundantes reseñas y entrevistas publicadas por Raúl Forlán Lamarque, Guilherme de Alencar Pinto, Jorge Yuliani, Macunaíma y Gabriel Peveroni. La lista sigue, pero es tan importante la vastedad de fuentes a las que accedió Rodríguez sobre sus grabaciones, sus conciertos, su larga prohibición, su exilio, su retorno y sus últimos años, como la
claridad con la que están acreditados los testimonios y las fotografías al pie
de página.
Otro aspecto interesante a destacar es la ausencia de una mirada condescendiente o cómplice del biógrafo, que llama las cosas por su nombre aunque con sumo respeto para tratar un asunto tan delicado como el alcoholismo y las críticas circunstancias personales que acompañaron al
Darno en sus últimos años de vida. Como muestra basta la reconstrucción
documental de su últimorecital, en la sala Zitarrosa, en noviembre de 2006,
cuando la gente se retiró en silencio de la sala, como en un velorio, en claro
presagio del final que se avecinaba.
Este verdadero ejemplo de la investigación biográfica musical hace honor a
la obra que Darnauchans legó al público uruguayo, con el mismo sentimiento
con que se sigue celebrando su cumpleaños cada 15 de noviembre en Guambia, el que profesaron los Kafkarudos hace pocassemanas y Maia Castro,
Ana Prada, Laura Canoura y Mónica Navarro hace unos meses en su espectáculo “Las canciones del Zurcidor”.
Pero hay más: un epílogo con las cartas que sus amigos escribieron cuando murió y una completísima discografía que abarca 25 ediciones, entre su obra original, colaboraciones y publicaciones en vivo póstumas. Como ello no bastara, el libro viene con una joya adosada a su contratapa: un CD con la grabación en vivo, rescatada por el investigador Leonardo Croatto, del concierto de presentación del disco “El trigo de la luna”, en 1989 en el Teatro del Notariado, cuando la voz de Darnauchans sonaba en su es-plendor en las salas de la ciudad.
Ahora, con este librazo en el estante, el primero del autor, solo falta que algún
dibujante ponga manos a la obra y “El Darno” llegue al cómic, algo que desde su
mesa de Girasoles el hombrecito sombrío de voz radiante sugiere en susurros,
mientras pide otro escocés sin hielo.
“Darnauchans, entre el cuervo y el ángel”, de Marcelo Rodríguez,
Perro Andaluz, $ 950, 480 páginas.
Javier Alfonso
jueves, 27 de diciembre de 2012
Brecha Digital
La música popular uruguaya tiene quien le escriba
http://www.brecha.com.uy/index.php/cultura/1089-la-musica-popular-uruguaya-tiene-quien-le-escriba
- Última actualización en 21 Diciembre 2012
- By Guilherme de Alencar Pinto
“Hasta hace poco la bibliografía referente a la música popular uruguaya, y particularmente sobre sus creadores, era escasa, por no decir inexistente”, dice el texto de contratapa de la recién editada biografía de Eduardo Darnauchans por Marcelo Rodríguez, y con buena razón. Pero la situación se viene revirtiendo, y en forma exponencial. De pronto, en comparación con otros países (Brasil, Argentina, Estados Unidos) Uruguay ya no está en aquella situación de extrema subrepresentación bibliográfica. Sigue habiendo baches importantes, pero son eso: baches en un panorama en que la mayor parte de los asuntos más notorios están cubiertos, en contraste con un antes, en que los asuntos cubiertos eran pequeñas manchas en un gran vacío.
¿Los motivos? Quizá los éxitos de algunos libros alentaron el surgimiento de otros; la economía está en un buen momento; es más barato editar ahora que hace veinte años; el gobierno frenteamplista viene sincronizado con una forma de sentir que tiende a prestigiar la música popular propia; hay mayor cantidad de subsidios y apoyos. Es posible que en ningún otro año se hayan editado tantos libros sobre música popular uruguaya como en 2012.
Luego de un volumen buenísimo sobre Osiris Rodríguez Castillos, Hamid Nazabay sacó un esperadosegundo libro musical: Aníbal Sampayo y la canción litoraleña en el Uruguay (Intendencia Departamental de Paysandú), quizá un poco pasado de escueto en sus 63 paginitas, pero amparado en fundamentos sólidos.
A los dos libros ya existentes sobre Darnauchans (ambos basados en entrevistas con él) se sumaron dos más. Uno es la ya referida biografía de Marcelo Rodríguez (Darnauchans. Entre el cuervo y el ángel, Perro Andaluz), amplia en información en sus 480 páginas, con muchas ilustraciones y un cd de regalo. El otro es un texto muy cuidadoso y sin precedentes locales, de análisis literario de algunas de las letras del Darno, por Silvia Sabaj (Oficio de zurcidor, Rebeca Linke).
Yaugurú editó Mojos, recopilación de escritos de Horacio Buscaglia, especialmente rica en textos de canciones y datos sobre su carrera cancionística.
Aparte de veteranos y fallecidos, la cobertura incluye nombres más recientes. En Ey canción (Estuario) Ina Godoy entrevista a varios nombres de entre 20 y 40 años clasificables como “cantautores” (enriquecido con preciosas fotos). Ellas. Músicas uruguayas, de Andrés Pampillón (Flor Negra), sería como la misma idea, con especificación de sexo y sin especificación generacional. Mauricio Rodríguez escribió En la noche (Fin de Siglo), una necesaria historia del rock de los ochenta (la monumental historia de Peláez se detiene en 1975).
Hacer música en América Latina (Tacuabé) es el más importante de los libros de Coriún Aharonián. Su asunto trasciende a Uruguay y la música popular, pero los contempla, y es imprescindible para ayudar a comprender mucho de lo ocurrido por acá y reflexionar sobre lo que se podría hacer.
Que todas esas áreas estén cubiertas no significa que lo estén en forma exhaustiva o especialmente profunda. Uruguay equiparó a otros países en amplitud, pero varios de los textos existentes son superficiales, poco rigurosos, o realizados sin más pretensión que la de un circunstancial aporte periodístico. Queda muchísimo por hacer, pero lo que se haga de ahora en adelante puede reposar sobre mejores fundamentos y menores sacrificios.
http://www.brecha.com.uy/index.php/cultura/1089-la-musica-popular-uruguaya-tiene-quien-le-escriba
sábado, 22 de diciembre de 2012
La República Sábado, 22 de Diciembre, 2012. Montevideo - Uruguay
Biografía de un zurcidor
Ediciones
Perro Andaluz acaba de publicar "Darnauchans, entre el cuervo y el
angel", una biografía de Eduardo Darnauchans que además está acompañada
por un disco hasta ahora inédito que recoge un recital brindado en
octubre de 1989 en el Teatro del Notariado.
Jorge Yuliani
HACE 1 hora
Este volumen editado por Angel Atienza, titular de Perro Andaluz, es una biografía completa, exaustiva y detallada sobre un artista que pese a la incomprensión de las multitudes vivió hasta su último suspiro, pensando y trabajando por ellas desde su inconmensurable sensibilidad, desde su fina elaboración poética, desde su inigualable voz. Darnauchans era un artista pero además era un trabajador de su arte. Se forjó a sí mismo leyendo todo aquello que llegó a sus manos, se nutrió de los cuatro vientos del mundo y procuró siempre mantener sus raíces bien sujetas al suelo que le vió nacer.
Conversar con él -desde los inmemorables tiempos del viejo Sorocabana de la Plaza de Cagancha, o del Picadilly, o del Luzón, o del Sportman o La Giralda y luego en el Lobizón o en el Mincho era siempre una instancia de enriquecimiento espiritual, un placer intelectual. Sus comentarios y observaciones eran siempre críticos y agudos, así se tratara de arte, música, filosofía, literatura o política.
Inclasificable en ningún estilo determinado, su existencia fue la de un transgresor. Sembrador de afectos supo cosechar amistades aún en el disenso.
Este bellísmo, necesario e imprescindible trabajo de Marcelo Rodríguez iniciado en vida del Darno y finalizado este año, contiene además un abultado material gráfico y las reseñas y opiniones de muchos de aquellos que fueron compañeros de ruta de un artista de voz inconfundible, de un zurcidor de canciones, de inteligentes y sensibles textos, de melodías delicadas. Cantor, músico, poeta e intelectual de fuste y hombre comprometido con las mejores causas populares, Darnauchans merecía este trabajo que se suma ahora a su impresionante legado artístico.
viernes, 21 de diciembre de 2012
Archivo del Programa de Macunaíma: "Otro Rollo" "Entre el cuervo y el ángel", una biografía del "Darno"
Nuevamente So Bauzá colgó en la web el encuentro con Macunaíma en "Otro rollo".
Dos horas hablando y escuchando a Darno puede parecer demasiado, aunque a nosotros se nos fueron volando
"Entre el cuervo y el ángel", una biografía del "Darno"
“Escribí el libro que yo tenía ganas de leer sobre uno de los
artistas mas valientes y osados que ha dado este país” asegura Marcelo
Rodríguez sobre "Darnauchans, entre el cuervo y el ángel".
“Yo decía en la presentación que solo junté las historias, ustedes las vivieron, el mérito mío es que el propio Darno y su entorno me prestaron esas memorias y me permitieron plasmarlas en este libro” dijo Marcelo Rodríguez en Otro Rollo.
Entre el cuervo y el ángel es una biografía rigurosa y documentada sobre vida y obra del cantautor que se erige como la primer obra exhaustiva, y se acompaña con un concierto inédito en el teatro del Notariado.
“Yo reivindico al Darno como uno de esos pocos artistas que incluso durante la dictadura pudo entender que el arte tiene la obligación de ser bello, por sobre el mensaje político, por sobre la herramienta cargada de futuro, diría la canción”.
Al resaltar el primer disco que editó el cantautor en el 73, afirmó “es de una belleza absoluta, y cuando uno piensa de repente cuán necesaria puede ser una flor en el pavimento cuando todo está tan gris, que te aparezca una obra de la talla de Canción de muchacho, cuán reconfortante, cuán necesario puede ser para la gente, tal vez más que el mensaje”.
Rodríguez rescató del trayecto del autor de Sansueña lo que definió como el "ruidito que a veces hace el guitarrista en la cuerda", algo que "el Darno" apreciaba, según recordó, y está en los "agujeritos en la memoria de los propios entrevistados” que aportaron al libro y le dieron “sabor” a la semblanza.
“Cada uno ha retenido su historia y los misterios de la memoria y cuando uno arma la memoria colectiva empiezan a aparecer sobre el mismo hecho, distintas versiones”, afirmó Rodríguez, y confesó “este libro probablemente salga más de su vocación como lector que como escritor, porque es el libro que yo tenía ganas de leer”.
Escuche la entrevista
Edición: Soledad Bauzá
Foto: Macunaíma
“Yo decía en la presentación que solo junté las historias, ustedes las vivieron, el mérito mío es que el propio Darno y su entorno me prestaron esas memorias y me permitieron plasmarlas en este libro” dijo Marcelo Rodríguez en Otro Rollo.
Entre el cuervo y el ángel es una biografía rigurosa y documentada sobre vida y obra del cantautor que se erige como la primer obra exhaustiva, y se acompaña con un concierto inédito en el teatro del Notariado.
“Yo reivindico al Darno como uno de esos pocos artistas que incluso durante la dictadura pudo entender que el arte tiene la obligación de ser bello, por sobre el mensaje político, por sobre la herramienta cargada de futuro, diría la canción”.
Al resaltar el primer disco que editó el cantautor en el 73, afirmó “es de una belleza absoluta, y cuando uno piensa de repente cuán necesaria puede ser una flor en el pavimento cuando todo está tan gris, que te aparezca una obra de la talla de Canción de muchacho, cuán reconfortante, cuán necesario puede ser para la gente, tal vez más que el mensaje”.
Rodríguez rescató del trayecto del autor de Sansueña lo que definió como el "ruidito que a veces hace el guitarrista en la cuerda", algo que "el Darno" apreciaba, según recordó, y está en los "agujeritos en la memoria de los propios entrevistados” que aportaron al libro y le dieron “sabor” a la semblanza.
“Cada uno ha retenido su historia y los misterios de la memoria y cuando uno arma la memoria colectiva empiezan a aparecer sobre el mismo hecho, distintas versiones”, afirmó Rodríguez, y confesó “este libro probablemente salga más de su vocación como lector que como escritor, porque es el libro que yo tenía ganas de leer”.
Escuche la entrevista
Edición: Soledad Bauzá
Foto: Macunaíma
Jueves 20 de Diciembre de 2012
© 2009 MEC · Reconquista 535 · CP 11100 · Montevideo, Uruguay
+5982 915 0103 · 915 0203 de 9 a 18 hs.
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miércoles, 19 de diciembre de 2012
Nota en el Programa de Gerardo Caballero "Entre el micrófono y la penumbra"
Miércoles 19 de diciembre de 2012
Primer biografía del "Darno", militante de la belleza
Se presentó en el teatro Solís "Entre el cuervo y el ángel", que el autor Marcelo Rodríguez define como “una biografía a muchas voces, que trata de recoger la memoria colectiva sobre Eduardo Darnauchans”.“Este libro surge más por mi pasión como lector que por mi pasión como escritor, que no sabía que tenía” dijo Marcelo Rodríguez en Entre el micrófono y la penumbra.
“Era increíble que no hubiera bibliografía sobre Darnauchans” sostuvo el autor, “había un librito que había editado Tabaré Couto en el 93, que se llamaba Los espejos y los mitos, que era una muy buena entrevista que le había hecho a Darnauchans y mostraba un cancionero, pero no había nada rejuntado. Y me parece que el Darno es un artista tan singular, y después en la medida que uno empieza a hurgar en la vida de él tiene una biografía tan singular, que me dieron ganas de escribir el libro que yo tenía ganas de leer, y por suerte el objeto hoy coincide con aquel deseo primigenio”.
El autor relató que su primer acercamiento a la obra de Darnauchans no fue escuchando su propia voz, sino la de amigos, compañeros de educación física que cantaban canciones suyas como El instrumento y Canciones de Cecilia en su Santa Lucía natal.
“Yo soy montevideano por vocación, cuando yo vivía en Santa Lucía Montevideo era Nueva York” explicó, “acá era donde pasaban las cosas, habían disquerías, espectáculos de música, bailes más allá del sábado, una cartelera de teatro, de cine, una movida cultural que estaba buenísima”.
Para Rodríguez, los 80 en Montevideo fueron “como los sesenta en el mundo, en Europa, acá había una efervescencia que estaba muy buena con bandas de rock, con revistas subterráneas, teatro callejero, con Esmoris pateando la murga e inventándola de nuevo, hubo un uso y abuso de la libertad que estuvo muy bueno y ahí fue que me tocó vivir mis años de adolescencia”.
Por último, el autor ponderó entre los logros de Darnauchans haber hecho un disco como Sansueña, que definió “no es un disco militante, el arte debe ser bello antes que militante, y él sin dejar de ser comunista le partió la cabeza a muchas generaciones con su poesía”.
Entre el cuervo y el ángel fue editado por el sello Perro Andaluz, y presentado el 29 de noviembre en la Sala de Eventos del Teatro Solís.
Escuche la entrevista
Edición: Soledad Bauzá
jueves, 13 de diciembre de 2012
Hoy en Emisora del Sur 94.7
Hoy conversamos sobre el Darno, con Gerardo Caballero en "Entre el micrófono y la penumbra". A las 20 hs en Emisora del Sur
miércoles, 12 de diciembre de 2012
El Blog de Alfredo Percovich: El ángel
Anoche anduvo por los rincones del Teatro Solís el ángel de Eduardo
Darnauschans.
Invocado por un puñado de amigos él estuvo como siempre, con
su poesía, a veces nombrando a la muerte redundante, siempre encantador.
El Darno no para de sorprender, ni de emocionar, ni de nada. Porque
él no paró de construir una obra mágica, fantástica desde donde se la escuche,
vea, analice o se respire. Exquisito en su forma de hacer soñar más allá del acá.
Sus amigos músicos, poetas, artistas varios, invocados por
un tal Ángel Atienza, coincidente nombre, gran cantante, músico de
sangre y alma, inmenso promotor de la cultura nacional a través de su trabajo, bicho
raro este laburante de la cultura nacional, cruza de perro montevideano y
andaluz extrañísima (no conozco algo parecido) todos ellos coincidieron en la presentación
del libro "Entre el cuervo y el ángel" de Marcelo Rodríguez,
que repasa mucho más que la obra del Darno, es un testimonio de vida,
contada por el propio Darnauschans, a través del trabajo
del autor.
Eduardo Rivero, muy emocionado, recordó sus noches con el Darno
al que definió con muy buena puntería como “el mejor baladista uruguayo de todos los
tiempos”. Lamento decirle a Rivero que desde anoche, esa frase
será descaradamente utilizada por quien escribe para nombrar a ese poeta y músico
increíble. Cada vez que me acuerde, le otorgaré el copyright pero seguramente
algunas veces lo omitiré sin querer.
El gran poeta Washington Bocha Benavídez, no se
hizo cargo de ser el culpable de la avidez poética del Darno, desde que era su
alumno en Tacuarembó y optó por recordar las atajadas del desgarbado flaco en
el arco del cuadro en el que lo habían mandado a atajar penales, sin
preguntarle a él tampoco nada. Cuando el bocha habló del Darno trovador juglar del
medioevo, con su increíble talento de poeta mayor, dijo “solo le faltaban las
calzas”. Lo recordó con mucha emoción, con mucho amor.
También hubo una presencia fugaz en el Solís anoche de esa
gran artista Silvia Meyer que –vaya a saber en qué viaje andaba- no aterrizó
entre el resto de quienes estábamos ahí. Se sentó al piano, tiró su campera en
el piso, no habló ni un “buenas noches” y con su mochila puesta –no la de vida,
sino literalmente con una mochila espantosa que vaya a saber qué cosas tan
importantes contenía que no ameritó siquiera que la tirara al piso al lado de
su campera- y cantó. Cantó divino. Con su dulzura de siempre, con su
sentimiento, con esa voz cristalina, puntualmente afinada y acarició el piano
para traer los acordes y las melodías del Darno. Ella estuvo fantástica en ese
instante donde uno pudo cerrar los ojos y sentir que el ángel del Darno
estaba ahí.
martes, 11 de diciembre de 2012
Nota en la 810 hoy en la mañana con Gonzalo Sobral
“Entre el cuervo y el ángel”
10.12.2012 | 13.05
Durante los últimos años de vida del músico Eduardo Darnauchans, Marcelo Rodríguez estuvo en casi todas sus presentaciones, compartió bares, camerinos y su propia casa. A partir de esto y de una investigación profunda nace el libro “Entre el cuervo y el ángel”, un publicación de 480 páginas que recopila la historia del Darno, al igual que un centenar de imágenes y un disco. 810VIVO Avances, tendencia y actualidad recibió a Rodríguez en estudio para conocer más sobre este libro.
http://www.espectador.com/1v4_dwn.php?idNota=254201
http://www.espectador.com/1v4_dwn.php?idNota=254201
Washington Bocha Benavides
jueves, 6 de diciembre de 2012
Nota de Carlos Dopico sobre Darnauchans "Entre el cuervo y el ángel"
Darnauchans, entre el Cuervo y el Ángel
Se presentó un libro biográfico sobre el artista local.
Además, repasá con Dopico los shows y estrenos del fin de semana.
Viernes 30 de noviembre del 2012 |
Darnauchans, entre el Cuervo y el Ángel
El autor del libro es Marcelo Rodríguez y habló con Dopico.
"Darno tenía un lado de tragedia en su vida pero también tenía ese lado absolutamente bello y angelical que se traduce en su obra" sostuvo Rodríguez. Son 480 páginas con más de dos centenares de fotos.
http://www.teledoce.com/telemundo/cultura_y_espectaculos
Palabras del autor en la presentación Darnauchans "Entre el cuervo y el ángel"
Hablar de Eduardo Darnauchans es hablar de unos de los artistas más singulares que ha dado nuestro país.
Su singularidad solo es comparable a su capacidad de seducción, lo que en cualquier persona podría resultar raro, extravagante, impostado, en su caso fluía naturalmente.
Eduardo Darnauchans siempre sintió que debía defenderse, de la vida /supongo/ y cuando el muchacho empezó a tener cierto éxito, traducido en el reconocimiento de sus pares y en un público que sin ser numeroso, se fue haciendo fiel, Eduardo inventó al Darno, "porque tengo que diferenciar al tipo que se sube al escenario del laburante", explicaba.
Así se fue convirtiendo, como él también diría, en una de las personas más viejas que conocía. Así lo encontré yo cuando empecé con esta idea, él estaba cumpliendo sus 50 años, pero su cuerpo había avanzado mucho más.
Yo había hecho algunas entrevistas a gente allegada a él, como para demostrarle que la idea iba en serio, que no era otro estudiante que iba a entrevistarlo para un trabajo de facultad o de la UTU de periodismo.
Siempre he rescatado, como lo mejor de este proceso, la serie de encuentros que mantuve con Darnauchans y su entorno, todos los entrevistados mostraban su simpatía hacia el proyecto y un profundo cariño a su persona.
Con él mantuvimos 12 entrevistas específicas para este libro, donde lentamente se fue abriendo, confiando, advirtiendo y disfrutando del proceso. Él pensaba ser el corrector, "porque no te olvides que era mi profesión", me dijo y algo llegó a corregir, le gustó lo que leyó y cada tanto me advertía, "que no sea Radiolandia".
De a poco se fue abriendo, y fuimos sumando momentos, instantes, en su casa, en los bares, en las previas de recitales cada vez más magros de público o cuando estos terminaban. Era un tiempo difícil, todo en la vida de Eduardo estaba velado por una permanente sensación de tristeza. Algunas veces, dejaba entrar un viento de ilusión, una gran bocanada que se iba desinflando con el correr de los días.
Eduardo parecía saber su destino trágico, como bien lo define Eduardo Milán en el prólogo de este libro, sabía que su propia historia y la de su familia tenían momentos complicados y que sería difícil escapar a su propia biografía, "quien soy yo para vivir más que mis antecesores", me comentó en alguno de nuestros encuentros.
Pero cuanto tiene que ver esa biografía en su obra, eso es lo que hemos intentado desentrañar, si es posible. Serán aquellos discos de jazz y de cantautores franceses de su madre, mezclados con el folclore argentino y las polcas de Rivera que tanto le gustaban a su padre, los que fueron pergeñando a ese artista que hacía sus primeros pasos compositivos en francés y se presentaba en las kermeses cantando sambas. Y llegó la adolescencia y con ella llegó Bocha, con sus libros, sus discos de música clásica, los madrigales ingleses, la tropicalia, los cantautores europeos y llegaron los intercambios con los amigos, inquietos, buscando la palabra, la tonada, el sonido, forjando la belleza y si algo faltaba, un día llegaron los Beatles, los Rolligns, Dylan y Donovan, como antes Antoinne y el crisol estuvo colmado y a punto.
Y así con sus jóvenes 17 años, Eduardo ya era dueño de un estilo, tan propio, tan singular, que asombraba. A eso habrá que sumarle una voz privilegiada y una búsqueda de la canción de corte poético.
Eduardo nunca se consideró un poeta, los respetaba mucho como para igualarse. Su herramienta era la canción y él sabía que desde ese lugar el podía tomar a sus amigos lo poetas, cantarlos, tomarle versos. Por allí pasaba su definición, su postura de porque él no era poeta.
Y Eduardo siguió buscando, creando, hasta llevar a El Notariado “El trigo de la luna”, el penúltimo disco de estudio y probablemente el último donde estuvo comprometido en todos los detalles. El espectáculo que sirvió de presentación a este disco, acompaña hoy a este libro, y es el Darno en su pedigree.
Tal vez este sea el momento bisagra y a partir de 1990, a poco de cumplir sus 40 años Eduardo se irá desinteresando cada vez un poco más de lo artístico. Hay una conformidad con lo hecho y las novedades ya casi no serán tales, habrá una búsqueda en el baúl, de aquellas canciones que quedaron en el camino, fruto de una década anterior prolífica en la composición, ellas irán apareciendo en diversos espectáculos en solitario o acompañado. Algunas fueron tomadas por colegas y así llegaron al disco, otras deberan esperar 15 años para inmortalizarse, ya no en el negro círculo de un Lp, sino en la brillante y espejada cara de un cd.
Eduardo podía se tan admirado como sacar de las casillas a muchos de los que lo querían, podía insultar sin usar nunca una mala palabra o brindarte el más cortés de los piropos. En muchas de estas ocasiones se encontraban el Darno y Darnauchans y nunca se sabía muy bien quien era quien. Pero si hay una certeza en todo esto, es que Darno – Darnauchans, era una persona querible, que supo consechar afecto a lo largo de su vida.
Este libro, es la historia del Darno por el Darno. Los datos biográficos, las anécdotas familiares, son la verdadera verdad de su memoria, que quiero decir con esto: estos datos no fueron cotejados con otros familiares, me pareció importante que su historia, sus anécdotas, fueran según él.
Por último debo decir que este libro fue pensado como un puzzle, donde el propio Darno y su entorno irían aportando las piezas, hasta llegar a una imagen casi acabada, que nos permita comprenderlo y conocerlo a él. Al Darno. Un tipo querible, un artista imprescindible.
Marcelo Rodriguez
Noviembre 2012
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